La intervención ha consistido en la unión de dos edificios inconexos, que únicamente comparten un patio en planta baja, para su utilización como un solo centro cultural para la población. Debido a la diferencia de cotas entre las plantas de los dos edificios, la conexión se realiza por planta baja, mediante un paso cubierto y cerrado de nueva construcción. Se ha conseguido la accesibilidad universal con un juego de rampas en la entrada y la instalación de dos ascensores, uno en cada uno de los edificios originales. En la entrada se han eliminado las particiones y los espacios de reducidas dimensiones y se ha creado un gran hall de recepción y relaciones entre usuarios, con posibilidad de albergar una cafetería abierta. El edificio cuenta con despachos, aulas -dos parejas de ellas divididas mediante tabiques móviles que permiten convertirlas en dos aulas de grandes dimensiones- y un salón de actos. En cuanto a eficiencia energética, se reviste el edificio por el exterior con un sistema SATE que lo aísle térmicamente y elimine los puentes térmicos. Asimismo, se dota al edificio de un sistema de geotermia para la climatización de aire. Se ha pretendido que el edificio huya de la estaticidad mediante el uso de trazas no ortogonales que le confieran dinamismo y un lenguaje próximo al público joven e inquieto al que se destina.